Cuando Chevrolet anunció que el nuevo Corvette ZR1 2025 entregaría 1064 caballos de fuerza, fue imposible no alzar las cejas. No es solo la cifra. Es lo que implica: tracción trasera, motor central, doble turbo, chasis de calle, pero con ambiciones de circuito. Lo que alguna vez fue un muscle car domesticado ahora se ha transformado en un superdeportivo que parece mirar de frente al mismísimo Bugatti. Y eso, créanme, no es poca cosa.
Como entusiasta y seguidor de la saga Corvette, recuerdo cómo el anterior ZR1 (el C7) con sus 755 hp ya rozaba el límite de lo manejable. Era violento, intimidante, un misil tierra-tierra con ruedas que dejaba sudando a pilotos experimentados. Pero este nuevo ZR1… este es otro animal. Uno mucho más cerebral, más afilado, y sorprendentemente, más domable.
El corazón Gemini: LT7 Biturbo
El nuevo ZR1 es el primer Corvette de fábrica en montar un motor V8 con doble turbocompresor: El LT7. Comparte arquitectura con el atmosférico LT6 del Z06, pero no se equivoquen: no es simplemente un LT6 vitaminado. Aquí todo ha sido reingeniado para soportar y aprovechar la sobrealimentación: cigüeñal plano, pistones específicos, bielas de titanio, doble sistema de inyección con 16 inyectores, y un sistema anti-lag que mantiene los turbos cargados incluso al frenar.
Los turbocompresores mono-scroll con cojinetes de bolas son capaces de mover el aire equivalente a una piscina olímpica en 4 minutos. La presión máxima: 24 psi. La refrigeración y lubricación del sistema se apoyan en soluciones derivadas directamente de la competición, incluyendo un radiador central y una séptima etapa de recuperación de aceite.
El resultado: 1064 HP, 828 lb-pie de torque, línea roja a 8000 rpm, y una entrega tan inmediata que asusta. Literalmente.
Rendimiento que rasga el sentido común
Chevrolet declara 0-100 km/h en 2,3 segundos y el cuarto de milla en 9,6 segundos a 240 km/h. Todo, con tracción trasera. La velocidad máxima es de 374 km/h (360 si lleva el paquete aerodinámico ZTK). Nada de esto debería ser posible sin un alerón tamaño pista de aterrizaje y neumáticos traseros de 345 mm. Pero lo es.
En el circuito de COTA (Circuito de las Américas), el ZR1 no solo sobrevivió: brilló. A diferencia del anterior ZR1, que era un puñado de nervios con ruedas, este se siente predecible, controlable, y lo más extraño: Usable. Parte de eso es gracias a la electrónica avanzada del Performance Traction Management (PTM), pero también a un chasis que claramente fue calibrado con obsesión.
Transmisión reforzada y chasis ajustable
La transmisión Tremec M1K de doble embrague y ocho marchas fue reforzada en todos sus componentes internos para lidiar con el LT7. Los ingenieros modificaron engranajes, ejes y gestión de aceite. El embrague ahora soporta niveles de torsión que harían llorar a una caja manual.
El chasis viene con suspensión Magnetic Ride de serie, pero quien quiera llevar al ZR1 al límite, deberá optar por el paquete ZTK (+$1.500), que incluye muelles más rígidos, Michelin Cup 2 R y una alineación ajustable como en autos de carrera. Toda la aerodinámica activa se suma con el paquete Carbon Aero (+$8.495), con elementos en fibra de carbono: splitter, canards, difusores y un inmenso alerón con Gurney flap.
¿Carga aerodinámica? Hasta 547 kg (1200 lb) a máxima velocidad. Más que suficiente para pegar el auto al suelo en curvas de alta velocidad.
Frenos, llantas y neumáticos: La fórmula de la locura
Chevrolet instaló frenos carbono cerámicos Brembo con discos de 400 mm adelante y 390 mm atrás, los más grandes jamás montados en un Corvette. Las llantas son de 20 pulgadas adelante y 21 atrás, con gomas Michelin Pilot Sport 4S de serie, o los radicales Cup 2 R con el paquete ZTK. Esta combinación genera niveles de frenado y agarre que rayan lo surreal.
Durante las pruebas en Road Atlanta, VIR y Nürburgring, el ZR1 destrozó tiempos previos, incluyendo el del C7 ZR1. Acelera de 128 a 322 km/h y vuelve a 128 en 24,5 segundos. Un 22 % más rápido que su antecesor.
Experiencia al volante (aunque no al mío)
No he tenido el privilegio de manejar el ZR1 —aún—, pero los testimonios de quienes sí lo hicieron son demoledores. Incluso como copiloto, las sensaciones son bestiales. Un periodista describió cómo el ingeniero Chris Barber rompía las leyes de la física en COTA mientras él apenas podía respirar. La aceleración es tan brutal que puede parecer artificial. Pero no lo es. Es ingeniería americana en su forma más cruda y brillante.
El Corvette ZR1 no solo es veloz en línea recta. En curvas ciegas, en secciones enlazadas como las curvas 16 a 18 del COTA, el ZR1 mantiene una compostura impresionante, y pide más. Más entrada, más gas, más coraje. !Lo que antes era intimidación, ahora es adicción!.
¿Superdeportivo para todos los días?
Sí. Porque lo absurdo de todo esto es que, además de poder rivalizar con un McLaren 765LT, el ZR1 viene con aire acondicionado congelante, asientos ventilados, sistema de info entretenimiento completo, y el refinamiento esperado de un auto moderno.
Chevrolet no quiere que sea un auto solo de circuito. Este ZR1 está diseñado para usarse a diario… si tu columna lo aguanta.
Conclusión: Redefiniendo el nombre ZR1
Este nuevo Corvette no es solo más potente. Es más completo. Más usable. Más serio. Y paradójicamente, más divertido. No busca reemplazar al Z06 ni rivalizar directamente con un GT3 RS. Juega su propio juego: el del exceso racionalizado.
¿Es absurdo? Sí. ¿Necesario? También. Porque en una era donde todo apunta a lo eléctrico, el ZR1 2025 es una carta de amor al octanaje, al ruido, a la conexión pura entre máquina y ser humano. Y por eso, ya es leyenda.
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Ramzy Khalek
Soy un fanático de los autos en el sentido más real y visceral. Desde muy joven, sentí una atracción profunda por el mundo automotriz, inspirada por mi tío abuelo Rey Lanse, un apasionado de los motores que cada mes me regalaba su ejemplar de Road & Track. Nos sentábamos juntos a leerlo, a debatirlo, a soñarlo. Ahí nació una pasión que nunca se apagó.Ver más
